La flor enamorada
La flor enamorada es un poema de amor y lealtad. Sus primeras palabras (escritas) dicen: “Cuando sobrevino el apocalipsis yo apenas tenía unos dias”. Sus primeras palabras (dibujadas) exclaman: “¡Melanie!”. Sus primeras formas dibujan una galaxia más o menos inconexa, un planisferio y una mano con algo de vegetal en ella dibujando otra vez la palabra “Melanie”.
Esta historia, en la que Silvio Cadelo hace gala de penas, alegrías y obsesiones nada fáciles de reducir a esquemas, se ha convertido en un manjar exquisito y apreciado. El amor de la flor, exiliada, regalada, metamorfoseada, humillada y amada, sigue incólume. Ella no sólo sabe lo que quiere, sino que sabe querer. Cadelo subvierte todas las reglas de la ortodoxia comiquera y, como a él le gusta decir, muerto de risa, inventa el primer cómic erótico-botánico de la historia.
La flor enamorada apareció por capítulos en la revista El Víbora entre finales de 1989 y principios de 1990. Anteriormente se había publicado la historia corta Alicia la perversa, una historia erótica de Cecilia Dogson ilustrada por Silvio Cadelo que adaptaba demasiado libremente las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Caroll.
La flor enamorada
Dibujo y guión: Cadelo
44 páginas color
Alicia la perversa
Dibjo: Cadelo
Guión: Celia Dogson